Libro bilingüe español/inglés
Traducción de Adolfo Robles
Algunas personas tienen una mirada especial hacia los objetos, los colores, los instantes. Son grandes fotógrafos que son capaces de captar ese instante que nos pasa desapercibido.
Este libro recopila las miradas del fotógrafo alemán Michael Kamp y que fue mi primera incursión en los catálogos artísticos. El libro en realidad es el catálogo de una exposición que comisarié en el año 2007 para dar a conocer la obra de este artista y amigo al que admiro profundamente. Si quieres disfrutar de una mirada diferente a la realidad, puedes hacerlo a través de los ojos de Michael Kamp.
Semblanza
Hablar de Michael Kamp es hablar de un personaje poliédrico, pues son numerosos los vértices de su personalidad y sus aptitudes artísticas. Aunque el motivo de este texto es al
cabo de su obra fotográfica, voy a tratar en esta semblanza de abarcar esos otros aspectos de la personalidad de Kamp.
Estamos hablando de una persona todavía muy joven pero cuya actividad es numerosa. Así nos remontaremos a Kempen (Alemania) en 1973 donde nació Michael. Estamos hablando de un precioso pueblecito en el entorno de Düsseldorf y Colonia, un área ya de por sí muy importante en el mundo de la fotografía y de cuyos museos y exposiciones Kamp va a beber como fuentes. Pero viene de más antiguo su afición por la fotografía, desde los 10 años. En una ocasión Michael me comentaba: “yo siempre he conocido a mi padre con un solo ojo”, era su manera ingeniosa y divertida de expresar que su padre siempre estaba o detrás de la cámara fotográfica o del tomavistas. Es un fotógrafo autodidacta y desde muy joven comenzó a ejercitarse en tomar fotos.
Vamos a hacer un punto y aparte en la cuestión fotográfica pues las siguientes páginas se dedicarán íntegramente a esta cuestión, y seguiré trazando la semblanza de Michael Kamp.
Otro punto clave en la biografía de Kamp es su formación musical. Comenzó desde los 10 años a estudiar piano, violín y guitarra, instrumentos que maneja con gran soltura. Aunque su formación es académica, el uso que le ha dado a su vertiente musical se ha encaminado hacia el underground. Sus gustos musicales ya aproximan a Michael Kamp a la Cold Wave de finales de los 70 y principios de los 80: Joy Division, New Order, Sonic Youth, The Cure, Depeche Mode, son los grandes epígonos de esta escena y que Kamp ha disfrutado con gran intensidad. Pero Kamp no sólo sabía tocar los instrumentos: sabía también componer.
Así hizo sus pinitos formando el grupo Superlópez en 1993 y que tras un período de inactividad resurgiría en 2002 grabando por fin su primer álbum “Semipermeable” en 2005. Superlópez hace una música Pop Rock bastante inencasillable, pues sus toques oscuros lo alejan del Pop Rock comercial pero al no incardinarse claramente en los géneros canónicos del Rock Gótico o de corrientes habituales en la escena oscura, tampoco les hace ser muy
reconocidos en este ámbito. Yo, como crítico musical, he defendido su trabajo pues considero que hay mucha calidad e inspiración en él. Hay un aspecto de Superlópez que me da pie a comentar otra faceta de Kamp, es el tema del idioma. Todos los textos
están escritos y cantados en castellano. Michael Kamp habla español casi perfectamente y esto se debe a que ha pasado algunos años en España y en Argentina. Y es que Michael Kamp es verdaderamente un hombre de mundo. Estudió la carrera de Psicología en Lieja, y de ahí que hable perfectamente el francés. También ha pasado algún tiempo en Italia con lo
que el italiano forma también parte de su currículo, y como no, el inglés aprendido en la scuela se suma a su importante lista de idiomas.
Viajero, ha cruzado el charco hasta Nueva York, ha viajado a África a Senegal, y se ha recorrido Europa prácticamente entera. Podemos decir de Kamp entonces que es políglota y viajero.
Volviendo al mundo de la música quiero mencionar también un proyecto musical alternativo a Superlópez, que es Ragh, una suerte de experimentación improvisada uniendo la electrónica con instrumentos acústicos como el piano, el violín o la guitarra. Sus primeras
performances han consistido en musicar películas mudas de Búster Keaton o el Nosferatu de Murnau.
El último aspecto artístico de Kamp y que complementa a los anteriores es la danza clásica. Desde 1998 ha tomado clases en la Escuela de Danza de Brigitte Kirfel y la Escuela de Danza de Amelia Jalowy (www.ameliejalowy.de). Una muestra de sus dotes de bailarín la encontramos en el videoclip “Al final no viniste” de Superlópez.
Como podéis imaginar después de este trazado estamos ante una personalidad de grandísima riqueza artística. Todas estas influencias, todos estos viajes, todos estos conocimientos se van a plasmar en una obra fotográfica de un gran valor. Paso a continuación a sumergirme en un universo gráfico apasionante.