Los osarios son recintos, frecuentemente religiosos, en los que se reúne una gran cantidad de huesos humanos. Los encontramos repartidos por los cinco continentes, pero fue en Europa donde, desde el siglo VI, florecieron un sinnúmero de capillas o recintos donde se exhibían restos óseos humanos. Si hay un osario que destaque entre los demás, ese es el extravagante Kostnice, situado en la ciudad de Sedlec, en la República Checa.

La percepción generalizada que se tiene hoy día de los osarios es que se trata de ritos aberrantes de naturaleza generalmente pagana, pero este es sin lugar a dudas un tópico erróneo. Hasta el siglo XIX las personas acudían a los osarios para pedir ayuda a los difuntos, en busca de consejos del más allá que solucionaran los problemas cotidianos. En contraprestación, los vivos rezaban oraciones, regalaban relicarios o realizaban cualquier tipo de ofrenda.