Prólogo del libro Crónicas del Madrid secreto II. Hitos y misterios artísticos de la capital de España, de Pedro Ortega

Por Nacho Ares

Madrid es una de las capitales más acogedoras que conozco, y no son pocas las que he podido visitar. La pluralidad de sus habitantes, muy pocos son los que realmente han nacido con varias generaciones de madrileños a sus espaldas, hace que en ella podamos encontrar mil y un referencias a todas las culturas del mundo, secretos del pasado y enigmas o curiosidades de tradiciones casi perdidas. Y todo eso lo tenemos delante de nosotros mismos, aunque hay que saber mirar y, sobre todo, leer lo que los edificios, las plazas y calles de Madrid nos cuentan.

Desgraciadamente, toda esa información pasa desapercibida. Como decía el maestro Leonardo, si quieres esconder algo, ponlo a la vista de todos. En estos tiempos que corren, tal afirmación tendría más sentido que nunca, cuando vemos que la mayoría de las personas caminan por la calle mirando un teléfono o distraídos escuchando música o la radio con unos auriculares. Hoy deambulamos por las calles de nuestras ciudades como si lo hiciéramos por un pasillo blanco sin estímulos. En el caso de Madrid, en donde cada esquina cuenta con mil mensajes alucinantes, sorprende que muchos de los madrileños de nacimiento o adopción, no hayan descubierto los “mensajes” que hay a su alrededor.

Al leer estas páginas el lector descubrirá con sorpresa que ese edificio, esa figura o esa calle que está harto de ver a diario yendo y viniendo del trabajo, cuentan con una historia especial, única, que las convierte en algo extraordinario y con una fuerza de atracción que estoy seguro va a atrapar al lector desde la primera página.

El libro de Pedro Ortega, en su segunda entrega, en donde podemos decir que segundas partes son igual de buenas que la primera, nos abre los ojos a una realidad singular y da sentido a nuestro hábitat. El ser humano ha hecho cosas a lo largo de la historia no por cuestiones estéticas, que también, sino por una razón de ser, un significado que, por desgracia, en los últimos años se ha perdido por múltiples razones. Los que critican o califican como “esotérica” la explicación que en ocasiones se hace de obras de arte, están al borde de la ignorancia. No la superan porque al menos saben leer, aunque no entiendan nada de lo que leen. Recuerdo que en segundo de carrera en la Universidad de Valladolid, discutí amablemente con un profesor de Historia del Arte sobre el simbolismo de los objetos que aparecían en los retratos de grandes pintores del Renacimiento. En aquellos cuadros veíamos emblemas heráldicos, espadas, jarras, mesas, calaveras, colores por doquier… Durante muchos años los historiadores del arte se han limitado a describir lo que se ve en un cuadro, aunque todo eso lo descubre cualquiera de un simple vistazo. Pero lo que muy pocos ven es el simbolismo que hay detrás de esos objetos. ¿Qué significan? ¿Qué nos están diciendo o qué nos están ocultando? Ahí es donde entra la magia de la interpretación y del mensaje secreto… el misterio del arte.

De todo eso y mucho más va este libro apasionante de Pedro Ortega, Madrid Secreto II. Todos conocemos la Dama de Elche, el templo egipcio de Debod, la ermita de San Isidoro, etc. Son elementos que están grabados casi a juego en nuestro imaginario de la ciudad de Madrid. ¿Pero cuál es la historia que subyace detrás de esos edificios y de esas historias? ¿Sabemos interpretarlas? ¿Las conocemos? Yo creo que no y de ahí la importancia de este libro.

Por desgracia hoy hemos perdido la curiosidad por descubrir otros valores en los monumentos. El templo de Debod es un templo egipcio, sí, ¿pero qué hay detrás de él y por qué se trajo a Madrid y se levantó en el lugar en donde hoy podemos disfrutarlo? Muy pocos lo conocen.

Contar con toda esa información nos ayuda a crecer, a madurar y también a disfrutar en mayor grado de nuestra historia. No estamos hablando de marcianadas ni de cosas extrañas con teorías que sacan los pies del tiesto. Son realidades palpables, tangibles y documentadas. En esta tarea, conozco a Pedro desde hace muchos años, el autor es un verdadero experto.

No queda más que comenzar este viaje como si fuéramos un iniciado, ávido de conocimiento y con ganas por descubrir por nosotros mismos las huellas de esa historia casi perdida. Recomiendo al lector que viaje por la ciudad con el libro en las manos descubriendo in situ, siempre que se pueda, los lugares que se describen en estas páginas. La emoción es mayor cuando uno siente ante sus ojos la magia de la historia que Pedro Ortega describe con tanta brillantez.