
El Ateneo de Madrid se encuentra en la Calle Prado, 21 y es una institución que, por lo que sabemos, siempre ha estado ligada a la masonería desde sus comienzos. El edificio se inauguró el 31 de enero de 1884 bajo el nombre de Ateneo Científico y Literario. Es obra de los arquitectos Enrique Fort y Luis de Landecho y está realizado en estilo ecléctico.
El techo del Salón de Actos es obra de Arturo Mélida y Alinari y fue inaugurado con el edificio en 1884. Mélida realizó una composición relacionada con el espíritu del propio Ateneo. Está dividida en varias zonas que hay que ir analizando de una en una. Para empezar, en el eje de la techumbre, vemos un templo griego y a tres dioses del Olimpo: Apolo, Palas Atenea y Hermes.
Apolo representaría la nueva concepción de la luz en el hombre del siglo XIX frente a las ideas medievales, es decir, una alegoría del hombre contemporáneo. Detrás del dios, hay un telón que nos deja ver el Sol, representado con el Carro Solar de Apolo. La luz representaría al “iluminado”, aquel hombre heredero de la Ilustración del siglo XVIII en quien incide la luz como símbolo del conocimiento y de la libertad.
Al lado de Apolo, por un lado, está Palas Atenea, quien representa a la sabiduría, y al otro lado Hermes, el dios mensajero, el encargado de difundir el mensaje, que aquí representa al propio Ateneo y la labor de éste como vehículo transmisor de cultura.
Pero no solo hay influencias clásicas, también vemos elementos orientales, más concretamente japoneses, pues en esa época Japón se abrió occidente y hubo en Europa toda una fiebre que se conoce como japonismo. Allí podemos ver dragones, el sol naciente, el ibis, que es símbolo de eternidad, o las nubes. Encima del templo hay nueve estrellas, como símbolo de la vida y en relación con el KI oriental.
Alrededor de la escena principal hay doce circunferencias con un motivo alegórico representado por una mujer en cada una. Allí podemos ver la Literatura, las Matemáticas, la Elocuencia, la Arquitectura, la Poesía, separadas entre sí por los escudos de los antiguos reinos que componen la actual España: Castilla, León, Aragón y Navarra.
Aparecen multitud de símbolos masónicos: columnas y triángulos que hacen referencia a los principios de la masonería: libertad, igualdad, fraternidad… Tres de las figuras de los círculos de alrededor representan la sabiduría, la fuerza y la belleza… También está la escalera de los siete peldaños, que son símbolos de las siete virtudes a las que en todo momento debe aspirar el buen masón. Además de los dioses griegos, hay esfinges egipcias y gárgolas góticas, todas ellas relacionadas con el pensamiento masónico.
Así que si diriges tus pasos hasta el Ateneo, no dejes de visitar su salón principal y no olvides mirar al techo para descubrir esta enigmática simbología.
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